• Sáb. Jul 27th, 2024

Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, clave para garantizar libertad y democracia sindical: Secretaría del Trabajo

El Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL) “es un brazo protector de la libertad y de la democracia sindical”, que permitirá dar cumplimiento a las nuevas exigencias del acuerdo comercial de México con Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Luisa María Alcalde Luján, secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), afirmó que “nos estamos abriendo las puertas a otra realidad en el mundo del trabajo que no habíamos vivido y que forma parte no sólo de un cambio legislativo, en la Ley Federal del Trabajo o en la Constitución, o en un compromiso escrito en el TMEC; sino de romper con una cultura de hace muchos años de corporativismo, de mucha simulación y entrar a la verdadera posibilidad de organización de trabajadores, de organizaciones sindicales”.

En ese sentido, la titular del Trabajo sostuvo que la creación del CFCRL se tiene contemplado para el último trimestre de este año; “vamos bien en la implementación, este año implementamos la primera etapa, en las primeras entidades federativas, esto nos va a dar la oportunidad de tener tribunales laborales especializados, centros de conciliación para que todos los conflictos laborales antes de pasar frente a un juez tengan la posibilidad de resolverse a través del diálogo de la concertación”.

Son muchos los elementos que integran el compromiso del gobierno mexicano; este apartado laboral forma parte del T-MEC que es el reflejo también de la Reforma Laboral publicada el 1 de mayo del año pasado.

Asimismo, destacó que el TMEC “nos va a traer mejores condiciones de empleo, mejores salarios, mayor inversión, mayor estabilidad en las inversiones, pero también esa posibilidad en lo laboral de ir eliminando los contratos de protección, la simulación en el mundo del trabajo, con esta responsabilidad tanto de sindicatos como de empleadores, de permitir que la gente se organice de manera libre”.

Con lo anterior, “ya no más pensar en el mundo de la mano alzada donde el miedo a la organización o por determinar quién fuera un dirigente siempre estaba presente e impedía la participación democrática de los trabajadores”.

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