• Mar. Mar 19th, 2024

Declaración de principios

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DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

El Frente Auténtico del Trabajo es una Organización Nacional de Trabajadores autónoma y democrática, cuyos fundamentos están contenidos en el compromiso con la defensa de los intereses inmediatos e históricos de la clase trabajadora, en la lucha por mejores condiciones de vida y de trabajo y en el impulso a un proceso de transformación de la sociedad mexicana en dirección a la democracia y al socialismo autogestionario.

PROPÓSITO

El propósito del Frente Auténtico del Trabajo, es, dentro del movimiento social y político que avanza en esta misma dirección, la construcción de una SOCIEDAD AUTOGESTIONARIA con la participación directa de los trabajadores y la sociedad civil. De un sistema de DEMOCRACIA POLÍTICA Y ECONÓMICA que parta desde las organizaciones de base, desde la fábrica, la cooperativa, la organización campesina, la colonia y las organizaciones sociales en general, hasta llegar a las instancias de decisión locales, regionales y nacionales.

Esta es la forma de garantizar que la dirección política, económica y social, -la producción, la distribución de la riqueza, la seguridad social, la educación, los medios de comunicación, las relaciones culturales, de mercado y cooperación internacional-, sean construidas desde las instancias de decisión del pueblo trabajador y de la sociedad civil organizada.

LA ACTIVIDAD ECONÓMICA

La nueva estructura económica autogestionaria, reconoce al pueblo trabajador, como gestor de los procesos económicos de base en la fábrica, la cooperativa, la empresa de los trabajadores y la organización campesina. Es a partir de estas instancias de base, que el pueblo se convierte en generador de las decisiones locales y nacionales. Es él quien decide cómo se produce, qué se produce, para qué o para quien se produce, así como las formas de comercialización y financiamiento que es necesario implementar.

En la construcción de esta nueva sociedad, los centros de trabajo obrero, campesino o de servicios, van pasando a ser propiedad social y administrados por quienes los trabajan. La producción tiene como primer objetivo satisfacer las necesidades del pueblo y no el lucro. Toda persona tiene derecho al trabajo y a recibir una remuneración justa por el servicio que presta: alimentación, vestido, vivienda, educación, seguridad social, desarrollo cultural, actividades recreativas, diversión y descanso.

La Autogestión en el trabajo, la entendemos como una fórmula de lucha y de trabajo a partir de la cual la clase trabajadora se adueña, construye sus organizaciones, define sus programas de lucha y avanza en el control de los procesos productivos en pugna por nuevas formas de organizar la producción y de distribuir la riqueza que se genera. Es en su proyección más amplia una fórmula política que da cimiento a la sociedad autogestionaria a la que aspiramos.

El derecho al trabajo de todo hombre -como se enuncia en la Declaración Universal de los Derechos Humanos- es prioritario. Proponemos que conforme la máquina reduzca en la producción las horas-hombre de trabajo, se disminuyan paralelamente las horas de la jornada, con el goce del mismo salario. Entonces sí, el avance tecnológico, lejos de desplazar al hombre y generar desempleo, garantiza a todos el derecho al trabajo, a un trabajo mucho menos esclavizante, que concede al trabajador tiempos más prolongados que le permiten desarrollar actividades culturales, políticas, educativas, la convivencia, el deporte o la recreación; es decir, le abren la posibilidad de llevar una vida más íntegramente humana.

LA ACTIVIDAD POLÍTICA

La estructura política en una sociedad autogestionaria reconoce al pueblo organizado desde sus instancias de base, como única fuente legítima de decisión y gobierno.

La democracia es la base de la gestión gubernamental, entendiendo que no se trata de la democracia liberal representativa con poderes de decisión personal; sino de una representación responsable de la palabra del pueblo de quien es portavoz.

Las instancias de gobierno constituidas desde las bases, desde los centros de trabajo con su dotación propia de poder, evita el centralismo o acumulación de éste en unos cuantos. La creación de canales de participación -dentro de una estructura dinámica en constante movimiento, interrelación y autodepuración- son condiciones sin las cuales no se da el proceso responsable y honesto de gobierno autogestionario.

Conforme va siendo una realidad, el gobierno autogestivo del pueblo, impide la burocracia, garantiza la eficacia en las instituciones de salud y seguridad social, de promoción de la vivienda, educación y cultura; asimismo, los recursos públicos se van canalizando en beneficio de sectores, infraestructura básica, instituciones y obras en general del pueblo trabajador.

EL ESTADO DE LEGALIDAD

La Ley y su ejercicio, son en una Sociedad Autogestionaria, lugar de expresión y forma de protección del pueblo trabajador. Su elaboración parte de un proceso en que el pueblo todo, acuerda sus principios fundamentales, basados en los derechos humanos y en los deberes que impone la responsabilidad autogestionaria.

Un estado de legalidad, sólo es posible cuando éste defiende los derechos de las mayorías, y cuando se insta al pueblo todo, a cumplir sus obligaciones de cooperación y convivencia social.

Conforme las organizaciones de base del pueblo trabajador van exigiendo limpieza, democracia y participación ciudadana en los tribunales e instituciones jurídicas, éstos irán asumiendo sus responsabilidades, hasta llegar a ser verdaderos tribunales del pueblo en cada entidad o institución política. Formados bajo el testimonio de aquellos con quienes convive o trabaja, e integrados por hombres y mujeres reconocidos por su honestidad, responsabilidad frente a sus agremiados, claridad e independencia de juicio ante cualquier presión. Para ello es necesario educar desde la escuela a niños y jóvenes en este ejercicio, así como a los adultos en sus organizaciones de base.

LOS RECURSOS DE LA NATURALEZA

En una sociedad autogestionaria los recursos de la naturaleza son propiedad social, poniendo el interés general sobre el interés particular. La administración, conservación y explotación de dichos recursos es responsabilidad colectiva a partir de la propia localidad, del lugar de trabajo y de la misma comunidad que la habita. Para ello es necesario ir creando las instancias organizativas de base que lleven a ese fin.

Como organización de trabajadores tenemos la responsabilidad de hablar y el derecho a ser escuchados en relación a que lo que producimos, los elementos que usamos en la producción y la forma en que producimos, no sean nocivos al trabajador, o deterioren nuestro medio ambiente.

La vida humana y todo lo que la rodea es el objetivo prioritario. Alimentación suficiente y balanceada para todos, especialmente para los niños y quienes mayormente lo necesitan, evitar las grandes concentraciones urbanas, educar en el amor a la naturaleza, sus manifestaciones y beneficios; en la conciencia de explotarla racionalmente, de cuidarla responsablemente, de protegerla, mejorarla y engrandecerla para el bien de todos.

TECNOLOGÍA Y PRODUCCIÓN

El avance de la técnica y su aplicación en el ámbito económico y social del trabajador modifican significativamente sus condiciones de vida y trabajo. La técnica, como creación y herencia social, tiene un objetivo esencial: la liberación del hombre, y de ninguna manera su destrucción o explotación; el desarrollo técnico debe darse en forma simultánea al desarrollo de los derechos humanos.

El modo y las relaciones de producción, se ven especialmente afectadas por los avances tecnológicos y de la cibernética. Desde las organizaciones de base, es necesario generar un proceso que permita al trabajador abrir espacios e integrarse como persona en este movimiento, de manera que a través de capacitación, de participación en los distintos niveles de producción, pueda desarrollarse en sus conocimientos y habilidades, dominar y no verse dominado por dichas innovaciones o quienes las imponen.

Como trabajadores nos corresponde también un espacio de colaboración en la generación de tecnología, tanto en el campo como en la ciudad, desarrollando un proceso de estudio, de entrenamiento, de capacitación, de intercambio de experiencias en la producción, de investigación en colaboración universitaria.

EL PATRIMONIO CULTURAL

El patrimonio de nuestro pueblo, se ha construido en la fusión de dos culturas: la autóctona, en su diversidad de expresiones, y la occidental. Un nuevo modo de ser, de pensar, de valorar, de divertirse, de comer, de hacer música, de enfrentar la vida, de trabajar, de relacionarnos, ha tomado la forma de nuestra cultura nacional, en la diversidad de sus manifestaciones locales, criollas e indígenas.
Los trabajadores del país: del centro, del sureste, del Valle de México, de la frontera norte o sur; de los pueblos medios, de la montaña, o la costa; constituyen realidades culturales con las cuales, se construye el proyecto de sociedad autogestionaria.

Esta realidad cultural está, como todo ser vivo, sujeta a cambio y evolución. La Sociedad Autogestionaria se construye en el respeto al acervo cultural del ayer, y en la atención vigilante a las nuevas realidades que surgen en una dinámica de cambio en el hoy, conformando nuevos modos de ser y de pensar. Con conciencia crítica y desde los principios de nuestra sociedad autogestiva, abriremos espacios de aceptación y de confrontación para todos estos cambios.

En un mundo cada vez más relacionado, sabremos también convivir con otras culturas, dando y recibiendo de otros pueblos lo que pueda enriquecernos mutuamente, rechazando toda influencia o injerencia externa portadora de alienación u opresión.

LA EDUCACIÓN

En la sociedad autogestionaria, la educación ocupa un lugar de privilegio. El hombre nuevo no nace, se hace. Se forma como un ser libre en cuanto a ser él mismo, sujeto de su propia decisión y solidario en su relación con los demás y la colectividad; desarrollando las actitudes, los valores y la responsabilidad social que son base de la sociedad autogestionaria. Para lograrlo es necesario propiciar el máximo desarrollo de las cualidades personales, y abrir los canales adecuados que permitan la amplia participación de cada uno con iniciativa y originalidad; avanzando así en la construcción y el manejo de todas las actividades productivas, sociales y políticas, sea en la propia organización, en su localidad o a niveles más amplios.

Corresponde a la enseñanza asegurar la capacitación que pone al día al trabajador para desempeñar su oficio con un máximo de eficiencia en su tarea, y de satisfacción personal por su competencia. Así como el aprovechamiento de la experiencia del trabajador a través de una investigación sistematizada, con el debido reconocimiento por su aportación.

Sin embargo, el estudio no debe limitarse a fines prácticos, sino preocuparse también por la realización integral de la persona y de la propia sociedad. Para ello es necesario garantizar a todos, hombres, mujeres, niños, jóvenes y ancianos, el derecho al estudio científico, técnico, artístico o artesanal, según sus aptitudes o deseos.

COMUNICACIÓN Y CONCIENCIA CRÍTICA

La participación del pueblo trabajador en los medios de comunicación masivos es una condición esencial para la realización de la sociedad democrática y autogestionaria. El ir y venir de la información crítica, las opiniones, la discusión en los medios que todo mundo lee, ve o escucha, los convierte en medio de participación y debate político, económico, laboral, educativo, cultural o recreativo de toda la comunidad o todo un pueblo.

Hechos, acontecimientos, descubrimientos científicos, políticas económicas, sociales y laborales, manejo de instituciones y finanzas públicas, deben ser objeto de análisis y discusión con derecho de libre intervención en los medios para exponer desde las organizaciones de base el punto de vista del pueblo trabajador.

Así se forma y desarrolla la conciencia crítica de hombres, mujeres y niños, la sociedad autogestionaria, con base en la información y comunicación completa y veraz de todo cuanto es de interés general.
PRINCIPIOS

Para la realización de dicho propósito, nos normamos bajo los siguientes principios.

IGUALDAD.

Reconocemos y defendemos la igualdad entre los seres humanos, respetando las diferencias que nos caracterizan como individuos o grupos. Es contrario a este principio: todo tipo de discriminación: sea por raza, sexo, nacionalidad, profesión, tipo de trabajo o credo religioso, asimismo el dominio del poderoso sobre el débil, del rico sobre el pobre y del patrón sobre el trabajador.

La igualdad de derechos y oportunidades de los trabajadores con los otros estratos sociales, debe estar por encima de todo interés económico o coyuntura política, llámese: capital, mercado, política financiera, modernización, elecciones, obtención de puestos públicos o cualquier otra que atente contra esta prioridad.

El poder debe residir en las bases trabajadoras o ciudadanas, para no permitir que al caer en manos de unos cuantos, se acrecienten las diferencias por el dominio económico y político de unos sobre otros, lo que necesariamente conlleva pobreza, opresión y menoscabo de los derechos humanos fundamentales, como es el derecho a participar en la toma de decisiones que afectan nuestro propio destino, el de nuestro grupo o comunidad.

LIBERTAD

La libertad es principio fundamental de la clase trabajadora. Poder actuar en defensa de los propios intereses, asociarse sin imposiciones de ninguna clase, con autonomía e independencia de patrones, gobiernos, partidos políticos e iglesias. Tener libertad de expresión y de credo, al igual que de afiliación o no afiliación a los partidos políticos de manera individual y soberana. Libertad que en el plano general significa el fin de los mecanismos corporativos de control y manipulación que sufre nuestro país.

DERECHO AL TRABAJO

Principios universalmente reconocidos son: el derecho al trabajo, el derecho a participar en la organización y administración del mismo, el derecho a colaborar en los planes y programas y a tomar parte en las decisiones sobre la riqueza social que acaben con la injusticia, explotación y condiciones infrahumanas de vida y trabajo.

El avance de la sociedad depende de la calidad del trabajo que recibe, por lo que declaramos la obligación del trabajador a cumplir con su responsabilidad y el derecho del mismo a tener los medios necesarios y la capacitación continua y permanente, para poder cumplir con esta obligación. Asimismo su remuneración económica debe ir acorde con su dedicación y destreza, y ser suficiente para no verse privado del derecho universal e inalienable a la vida, salud, educación y descanso.

LA PROPIEDAD

Toda ley que regule la propiedad habrá de hacerlo sin menoscabo de los derechos de todo hombre y mujer a la vida, a la alimentación y vivienda digna, derecho al cuidado y protección de la salud, al trabajo, a la educación, a la libre asociación y de todo derecho humano, condensado por la sociedad universal como tal. El reto de la clase trabajadora como fuerza social, es ir consolidando este principio, como práctica legal y social. Bajo este principio se legislará sobre el derecho a la propiedad de los medios de uso y consumo.

La propiedad social con carácter autogestionario, de los medios de producción en el campo, la industria, las finanzas, los servicios, los medios de distribución y comercialización, permite entablar una relación entre iguales, más humana en sus prácticas y justa para los intereses de todos y cada uno, por lo que en nuestra concepción y nuestra práctica privilegiamos esta forma de propiedad social.

UNIDAD Y SOLIDARIDAD

La unidad principio básico que da sustento a las luchas y a las conquistas de la clase trabajadora; la entendemos como fruto de la voluntad y de la conciencia política de los trabajadores y no como fórmula impuesta para su control político. Como instrumento democrático de defensa de los trabajadores frente al capital y de lucha para incidir en la transformación de la sociedad, y como medio que no implica unanimidad de pensamiento de la clase trabajadora, sino fortalecimiento de un polo social plural, con capacidad de jugar un papel de primera importancia en la construcción del país.

En un mundo donde las distancias entre personas, países, culturas, procesos de producción y comercialización, se acortan y unifican, es más necesaria que nunca la unidad y solidaridad de todos los trabajadores, como una fuerza social real, con poder y representatividad, para ir ampliando espacios en la construcción de una nueva sociedad en igualdad de derechos, oportunidades y obligaciones. No basta la unidad de los trabajadores en la fábrica, no basta la unidad de sector o rama de trabajo, es necesario buscar la unidad, la solidaridad, de cada localidad, de cada región, de cada país, de los países que componen una región económica o política y del mundo entero. Sólo en esta unidad conseguiremos ir teniendo la suficiente fuerza social para ir construyendo la sociedad autogestionaria.

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